Se define como 2 o más individuos ínter dependientes que interactúan entre si y se unen para lograr objetivos específicos. Los grupos pueden ser formales o informales. Los grupos formales son grupos de trabajo definidos por la estructura de la organización que tienen funciones laborales designadas y tareas específicas. Los grupos informales son sociales. Estos grupos se presentan en forma natural en el lugar de trabajo en respuesta a la necesidad de contacto social, estos grupos se presentan en forma natural en el lugar de trabajo en respuesta a la necesidad de contacto social.
Aunque a veces el estrés en los grupos acarrea serias consecuencias y no traer productividad al grupo si no al contrario traer consigo problemáticas con los compañeros hay que recordar que la tensión en el trabajo tiene que ver con la velocidad a la que se trabaja en el mercado laboral. Hay que obtener resultados antes que la competencia, hay que tener listo el informe antes de las tres, hoy me quedo a comer en el trabajo, dice el jefe que lo quiere para ayer… Y entretanto el mercado no parece crecer, al contrario. Más bien estamos en un periodo de crisis. Sin embargo, nada puede retrasarse.
Etapas del desarrollo de los grupos: los grupos pasan a través de una secuencia establecida en 5 etapas.
1. Formación: Es en la que el personal se une y después define el propósito, la estructura y el liderazgo.
2. Etapa de tormenta: se caracteriza por el conflicto dentro del grupo.
3. Establecimiento de normas: Se caracteriza por relaciones estrechas y cohesión.
4. Desempeño: Cuando son completamente funcionales.
5. Suspensión: en esta etapa el grupo se prepara para desintegrarse.
Explicación del comportamiento en los grupos de trabajo: Condiciones externas impuestas al grupo: los grupos de trabajo no existen de forma aislada, sino que forman parte de una organización mayor.
Recursos de los integrantes de los grupos: esto incluirá el conocimiento, las habilidades y destrezas y las características de personalidad de sus integrantes.
Estructura de los grupos: los grupos no son multitudes desorganizadas, sino que tiene estructura que moldea el comportamiento de sus miembros.
* Roles: se refiere a una serie de patrones de comportamiento que se espera que alguien que ocupa una posición determinada en una unidad social.
* Normas: estándares o expectativas aceptables que comparten los miembros del grupo.
* Adaptación: como los individuos desean ser aceptados en los grupos a los que pertenecen
La negación del espíritu colectivo, el individualismo exacerbado que se practican en modelos empresariales importados de los Estados Unidos tiene como consecuencia que no existan vínculos sociales de ayuda entre compañeros. Las soluciones que deberían encontrarse fácilmente por pura cohesión social y equilibrio de ritmos no aparecen en el horizonte.
Curiosamente, la primera causa de estrés para el trabajador es su jefe. En ese sentido, nuestra recomendación es que trabajes un poco sobre las conductas que tiene, de la misma manera, los mandos deben ser curiosos, ofrecer una visión del negocio y no transmitir, bajo ningún concepto, tensión a los trabajadores.
Por ejemplo, cuando hay que decirle a un compañero que está haciendo algo mal es necesario nombrar varios aspectos positivos del trabajo que viene realizando. ¿Y qué jefe hace eso? Nos hemos educado en una cultura empresarial que sólo dice lo negativo. Hasta hace poco tiempo era raro escuchar un “gracias” a un superior en cualquier ámbito laboral. Si hacemos ver a una persona lo positivo que aporta al grupo, sus características y su importancia no tendrá problemas en hacer un esfuerzo por corregir fallos. La actitud es muy importante para el correcto desarrollo de nuestro trabajo.
Luego hay muchos jefes que son autistas de su propio estrés, lo niegan de la misma manera que niegan que haya tensión en sus equipos de trabajo. Son personas que generalmente asocian el progreso al sufrimiento y que nunca reconocen el cansancio. Van acelerados durante todo el año y eso nunca puede ser bueno.
Un buen mando debe aceptar el descanso de los equipos, y esto es una idea muy poco popular en algunos sectores. Por ejemplo, si en verano hay menos trabajo, es posible que la gente se pueda ir antes a casa o mejor salir a tomar unas cañas todos juntos un rato. De esta manera, cuando haya momentos de tensión, la cohesión social impedirá que haya rupturas desagradables.
Debería ser una obligación de todos los responsables de equipos de trabajo el ser optimistas, hacer reír al equipo al menos una vez al día, decir gracias y ole, ole y ole cuando las cosas se hacen bien. Y aquí viene la catarsis, es bueno organizar de vez en cuando alguna dinámica como el juego de las objeciones (en el que la gente puede decir lo que piensa de sus compañeros en un ambiente lúdico). De esta manera evitaremos futuros dramas.
El estrés es un tema tabú para los directivos en las empresas
En el mundo acelerado en el que vivimos, en el que cada vez hay menos tiempo para todo y más cosas que hacer, el estrés se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para muchas personas y empresas, y en una de las enfermedades más comunes que afectan a millones de personas en el planeta, tanto en el ámbito personal como en el laboral, según publica Tendencias 21.
Y uno de los problemas es que muchos no reconocen el estrés como una enfermedad, no lo comparan con un resfriado o con un fuerte dolor, por lo cual hablar o quejarse sobre este mal todavía parece ser un tabú, sobre todo cuando se trata de hacerlo entre empleado y jefe.
Así lo confirma una investigación de la firma de salud mental Mind, según la cual el estrés sigue siendo un tabú y los directivos no saben hablar del tema con sus empleados, con lo cual estos últimos se sienten incómodos tratando de hacerlo y se ven forzados a mentir cuando tienen que faltar al trabajo por esta razón.
De acuerdo con el estudio, uno de cada cinco empleados (19%) han tenido que reportarse como enfermos y faltar al trabajo debido al estrés, y 93% de ellos han mentido a sus jefes acerca de la razón de su ausencia.
Mintiendo por estrés
No se trata de que los empleados se sientan bien mintiendo sobre las razones que los llevan a faltar al trabajo; es solo que no se atreven a mencionar el estrés como una razón válida que sus jefes comprenderán y esto porque ellos no les han demostrado que pueden acercarse con tranquilidad.
Como lo afirma el estudio, de los empleados que han mentido en este tipo de casos, 70% hubieran deseado poder discutir sobre su estrés con sus jefes y un tercio de ellos querrían que sus empleadores tomaran la iniciativa y se acercaran a ellos directamente cuando notaransignos de estrés.
Millones de personas experimentan un estrés inmanejable en el trabajo Como lo explica Paul Farmer, ejecutivo de Mind, «Millones de personas experimentan un estrés inmanejable en el trabajo y el hecho de que tantas personas se vean forzadas a mentir sobre ello en vez de encontrarle una solución debería ser una gran preocupación para nuestros negocios. Si los empleados no sienten que pueden ser honestos acerca de las presiones que tienen, los problemas que no se resuelven pueden rápidamente convertirse en una bola de nieve de baja moral, baja productividad y alta ausencia por enfermedad».
Los empleados ya tienen claro que si les toca faltar al trabajo por estrés, tienen que mentir. Y estas son las excusas más comunes que utilizan: daño de estómago (36%), resfriado (13%), dolor de cabeza (12%), cita médica (6%) y dolor de espalda (5%).
Pero, aunque el mentir sobre el tema ya sea una costumbre, los empleados no están cómodos con la situación: 62% de ellos consideran que sus directivos no están haciendo lo suficiente para encargarse del bienestar del personal en el lugar de trabajo, lo que ha llevado a uno de cada diez trabajadores a enfermarse físicamente debido al estrés y a uno de cada diez a buscar ayuda.
Recomendaríamos que se promueva una cultura de transparencia en el trabajo Farmer agrega: «Nosotros les recomendaríamos a los empleadores que promuevan una cultura de transparencia en el trabajo de manera que puedan resolver los problemas ahora en vez de irlos guardando para el futuro».
No se trata de un problema menor; no solo están en juego la salud de los empleados y las relaciones entre estos y sus directivos, sino que el estrés, y la falta de transparencia y apoyo en el tema, se pueden convertir en un peligro para el negocio: las compañías inglesas están perdiendo aproximadamente £8.4 billones por días de enfermedad causados por un bajo bienestar mental.
Es un asunto que debe preocupar a los directivos y en el que se deben tomar medidas prontas. Mind recomienda algunas estrategias que pueden llevar a cabo los empleadores:
Controlar las cargas de trabajo del personal y asegurarse de que nadie se vea obligado a rendir más de lo que es capaz
Entrenar a los gerentes para que identifiquen los riesgos, reconozcan el estrés y apoyen al personal
Asegurarse de que haya comunicación clara y frecuente con aquellos que trabajan aislados
Ofrecer preparación para el estrés y apoyo en el trabajo
Asegurarse de que los ambientes de trabajo sean adecuados para las tareas que allí se realizan. El ruido, la temperatura y la luz pueden tener un gran impacto en el bienestar
En palabras de Farmer, «Cuando la presión es alta los directivos tienen que pasar más tiempo liderando y manejando a las personas, no menos. Tomarse un tiempo aparte con un empleado puede parecer una carga extra para los directivos, que también tienen sus propias tareas que cumplir, pero apoyar al personal adecuadamente reducirá las ausencias, mejorará el desempeño y beneficiará a la compañía en general”.
No es un asunto menor y si uno al que hay que prestarle atención. Si se piensa lógicamente, es fácil ver que un empleado que pueda expresar cuando no se sienta bien y que obtenga ayuda para mejorar su situación, tendrá más fuerza y una mayor voluntad para ir a trabajar y para hacer las cosas bien.
Más información sobre tendencias científicas en Tendencias 21.
Para una mejor vinculación con el tema aqui dejo este interesante vídeo donde se muestran consejos para reducir el posible estrés presente en ciertos contextos laborales.: http://youtu.be/75sg-ahPl8Q
REFERENCIAS:
Stephen p. Robbins, Psicología Organizacional. 2009.